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UniversidaddeCádiz
Escuela Superior de Ingeniería

Egresado de éxito: Alejandro de Celis Domínguez

Foto_Alejandro_de_Celis¿Dónde trabajas y qué puesto ocupas actualmente?

Desde hace 2 años y medio hasta hoy me encuentro en Madrid trabajando para la multinacional norteamericana Deloitte, concretamente en el CyberSOC, centro CERT dedicado única y exclusivamente a la prestación de servicios relacionados directamente con la seguridad informática, donde desempeño labores orientadas a la ingeniería de cliente y dentro del ámbito de la ciberseguridad, sector en indiscutible auge.

¿Cómo ha sido tu carrera laboral hasta llegar a él?

Inicié mi andadura por el mundo laboral con 17 años en Carrefour, como contador de inventario. Mi siguiente parada me llevó a Navantia, donde disfruté de un período de prácticas de empresas igual a 9 meses, ejecutando tareas orientadas tanto a las redes de computadores y comunicaciones como al soporte técnico de usuario. Seguidamente mi inquietud y afán de superación me empujaron a optar por una beca Erasmus Prácticas, desembarcando en la vieja Inglaterra para trabajar en Londres, durante 3 meses y en régimen de prácticas de empresas. Previamente a mi comienzo en Deloitte desarrollé 6 meses de prácticas de empresas en GTD. Por último, en marzo de 2013 asistí a una entrevista de trabajo que llegó por casualidad de la mano de un Senior Manager de Deloitte. Tras comunicarme mi selección, en mayo de dicho año comencé una nueva etapa en una de las consultoras más relevantes del mundo y perteneciente al grupo de las BigFour.

¿Qué estudiaste en la Escuela Superior de Ingeniería y en qué años?

Realicé los estudios de Ingeniería Técnica en Informática de Gestión, entre los años 2006 a 2012. Así mismo, una vez que alcancé la carga de créditos asociada al plan de estudios de dicha titulación, decidí dar un paso más y me matriculé en la titulación de Ingeniería en Informática, segundo ciclo que finalicé el pasado mes de mayo con la realización del Proyecto Final de Carrera correspondiente, cuya temática principal está asociada por completo con la seguridad informática, área para la que actualmente trabajo.

¿Cuáles son tus recuerdos de aquella época?

A esta pregunta vienen a mi cabeza un aluvión de flashes, cual clichés de película que, estoy seguro, muchos de mis compañer@s identificarán. Recuerdo el miedo y la incertidumbre de los primeros días de clase, con explicaciones tan desconocidas e ininteligibles como la lengua hablada por un mandarín, largas noches de estudio inútiles, ya que tras los resultados obtenidos en los exámenes entendía lo poco alineado que estaba con lo verdaderamente importante de la asignatura y jornadas interminables que exigían una firme fuerza de voluntad para estudiar cuando llegaba a casa. Los últimos años de mi paso por la Escuela los recuerdo intensos, siempre deambulando de un lado para otro ocupado con prácticas de empresa, tutorías, trabajos en grupo y un largo etcétera de tareas verdaderamente productivas y creadoras de actitudes muy valoradas en el mundo laboral (sacrificio, constancia, trabajo en equipo, entre otros). Lo más interesante de todo lo comentado es que a día de hoy se recrean las mismas situaciones experimentadas años atrás, con la tranquilidad de haberlas ya vivido y tener la capacidad de afrontarlas desde otra perspectiva, aquella que te da la experiencia.

¿Llegaste a participar en la vida de la Escuela más allá de tu papel de estudiante (becario, alumno colaborador, organización de eventos, etc.)?

Sí, además de las prácticas de empresa previamente explicadas trabajé de manera activa en la iniciativa “Proyecto Compañero”, que pretendía asignar a un antiguo alumno de la escuela un grupo reducido de nuevos estudiantes, para intentar disipar las dudas y miedos iniciales de cualquier miembro recién llegado a nuestra escuela, ayudando de este modo a mejorar su rendimiento y adaptación a su nuevo entorno desde el minuto uno.

¿Considera que los programas académicos de las universidades españolas se adecuan a las necesidades que exige la sociedad?

En base a mi experiencia y a la formación que recibí en la Universidad de Cádiz he de dividir mi respuesta en varias vertientes. Para la más puramente académica, basada en el plan de estudios de la titulación que estudié, he de decir que el conjunto de asignaturas cursadas se encuentran, en la mayoría de los casos, poco alineadas con lo que el mercado laboral actual demanda. No obstante, romperé una lanza a favor del temario impartido diciendo que lo verdaderamente interesante es la capacidad que éste te proporciona, no limitando su conocimiento únicamente a un espectro acotado y ofreciendo al estudiante las herramientas necesarias para, en base a sus intereses, decantarse por una o varias especializaciones y comenzar la andadura del camino o caminos del mundo de la informática que más le interese. Así mismo, la Universidad de Cádiz ofrece multitud de programas académicos que permiten al alumno vivir experiencias cercanas al mundo laboral, conocer otras culturas mediante una inmersión completa en todos los aspectos y participar en eventos, concursos y talleres que fomentan el trabajo en equipo y el afán de superación. En definitiva, la Universidad de Cádiz pone al alcance del alumno múltiples opciones para crecer, tanto a nivel profesional como personal, sólo se necesita la madurez necesaria para plantear nuestras vidas a ambos niveles porque, por suerte o por desgracia, dichos enfoques están estrechamente relacionados.

¿Cuáles son las competencias que se deben desarrollar para acortar la brecha entre universidad y mercado laboral?

En base a mi experiencia en el día a día, tanto el mundo laboral como cotidiano, la curiosidad, paciencia, humildad e interés por las tareas a realizar deberían ser las competencias indirectas más trabajadas. Lo obvio sería hablar de conocimientos técnicos y específicos de la profesión que cada uno desarrolla o intenta realizar, pero mi corta pero intensa experiencia me dice que dicho tipo de capacitación sólo es tiempo y un esfuerzo moderado, pero las indicadas al comienzo de mi respuesta son escasamente cultivadas y enormemente valoradas en las organizaciones empresariales actuales.

¿Cuáles son los principales obstáculos que enfrentan los profesionales recién graduados a la hora de incorporarse al mercado de trabajo?

La conclusión que extraigo de las nuevas incorporaciones de jóvenes recién titulados que llegan a la Firma para la que trabajo es que éstos, independientemente de cuántas titulaciones hayan cursado y superado, destacan por una actitud sinónimo de falta de experiencia, madurez y disciplina. En la mayoría de los casos son jóvenes con mucho potencial, pero que no saben aprovechar ni sacar el máximo partido a sus cualidades. Afortunadamente el día a día se encargará de moldearlos y empujarlos de una manera más o menos dolorosa contra el muro de la realidad.

En este contexto que estamos sufriendo de crisis económica, ¿compensa el esfuerzo de estudiar una Ingeniería?

Estudiar siempre compensa, pues es una de las mejores formas de entrenar la mente para enfrentarse a nuevos retos, como es la vida laboral. En particular, la Ingeniería en Informática es una titulación muy demandada a día de hoy, con un amplio abanico de posibilidades que ofrecen a los profesionales del sector un gran número de vías de desarrollo muy bien remuneradas, tanto a nivel personal como económico-profesional, aspectos que no muchas titulaciones pueden ofrecer a día de hoy.

¿Qué diferencia a un ingeniero formado en España con respecto otros países europeos?

Durante mi tercer año académico tuve la oportunidad gracias a una beca Erasmus, de estudiar en una universidad alemana durante 6 meses. Al principio de estar allí me sentí frustrado, al comprobar que aquellos estudiantes tenían un conocimiento muy práctico. Sin embargo, me percaté que su conocimiento era muy específico y concreto. En general, quizás estos alumnos germanos estuvieran más adaptados al mundo laboral que los estudiantes españoles, pero tener una base teórica te da pie a abstraerte de tecnología, metodología o procesos concretos y tener la capacidad de profundizar en lo que se desee, sin supeditarse, a priori, a un ámbito específico. Ese es el aspecto clave de un ingeniero español, su capacidad de adaptación a las labores asignadas, independientemente si las ha realizado previamente o no.

¿Cuáles son los estudios superiores (másteres) que más pueden influir positivamente en la retribución y reconocimiento laboral de los ingenieros de tu especialidad de cara a futuro?

El sector al que me dedico actualmente es la seguridad informática. Éste es un mercado en auge y para el que hay grandes perspectivas labores y de negocio. Numerosas son las ofertas de estudios superiores que están surgiendo actualmente. Decidir qué estudiar es complicado e influye en gran medida los gustos e intereses de cada uno. No obstante, en mi caso cursaría un máster de seguridad informática y, seguidamente, cursos de especialización en monitorización de eventos de seguridad, así como de tecnologías empleadas para tal fin, como es el caso de las soluciones SIEM, puesto que es un ámbito dentro de la seguridad informática en constante crecimiento y que demanda un gran número de profesionales cualificados, perfiles escasamente disponibles en el actual mercado laboral español.

¿Qué importancia das a los idiomas? ¿Han marcado la diferencia en tu caso?

Experiencias como la beca Erasmus y Erasmus prácticas, así como otros tantos cursos de idiomas que he realizado en el extranjero, me han ayudado no sólo para mejorar mi nivel de idiomas sino también para madurar, puesto que son el equivalente de tu capacidad para buscar, avanzar, ponerte a prueba y exigirte a ti mismo.

En la actualidad, ¿sigue teniendo una buena salida la Ingeniería que estudiaste?

El movimiento es sinónimo de vida y la ingeniería informática es un compendio de profesiones vivas y en continuo desarrollo, que exigen al trabajador mantenerse actualizado para estar en consonancia con la actualidad de su sector. El futuro próximo tendrá las tecnologías de la información como su estrella principal. Es más, me atrevo a formular una predicción: Expertos en seguridad informática, arquitectos de sistemas y desarrolladores serán, entre otros, los perfiles más demandados en los próximos años, independientemente del sector

¿Qué haría usted hoy si fuera un ingeniero recién titulado sin experiencia?

Considerar si verdaderamente me quiero dedicar a lo que he estudiado. Suena raro, pero muchas veces sólo te das cuenta de lo que quieres cuando ya lo tienes y trabajas de ello. Mi día a día laboral poco se parece a lo que estudié en la facultad. No obstante, la pasión por lo que hago y el interés en aprender hacen que adquiera diariamente conocimientos de múltiples disciplinas (finanzas, marketing, etc.). Pienso que no hay que encasillarse en lo que uno en un principio eligió, todo se puede llegar a complementar. Lo importante es estar satisfecho del trabajo de uno mismo, para tener ganas e ilusión por seguir mejorando y aumentando tus propias capacidades.

¿Qué opinas sobre el emprendimiento en general? ¿Y en tu sector laboral en concreto?

Emprender es, a mi entender, sinónimo de ilusión, reto, sacrificio y dedicación. No por ello resulta menos interesante. Seguir patrones previamente establecidos es la muerte de la evolución. La informática y las tecnologías de la información en general están en pleno crecimiento. El emprender en este sector es una iniciativa bastante bien premiada y con claras probabilidades de éxito. Por otro lado, la velocidad de este sector acelera cualquier proceso de evolución y desarrollo, así como de fracaso.

¿Cómo ves la formación continua en el mundo laboral? ¿Es satisfactoria?

Formación es evolución y evolucionar en el mundo laboral es más que importante, ya que permite incrementar tus responsabilidades como trabajador, ostentar a un salario mejor remunerado, ocupar cargos de dirección, etc. No es una tarea sencilla, ya que se debe combinar trabajo con estudio, pero los resultados obtenidos sirven para recompensar el esfuerzo realizado.

¿Qué opinas sobre la emigración de los jóvenes ingenieros? ¿Cómo puede esto afectarles a ellos en los próximos años? ¿Y a España?

La emigración debería ser una opción que cada uno tomase por voluntad propia y no empujado por la imposibilidad de desarrollar su actividad profesional de manera digna y acorde a la formación estudiada. Sin embargo, en el momento que un ingeniero español cruza las fronteras de su país se da cuenta de la gran mentira a la que ha estado sometido durante todos sus años como estudiante, pudiendo comprobar como el ingeniero español es un profesional muy bien reconocido en gran parte de los destinos extranjeros, gracias a su gran conocimiento teórico y formación de calidad. Pese a que es tremendamente duro dejarlo todo y asentarte a miles de kilómetros para trabajar el esfuerzo es, en la mayoría de los casos, bien recompensado. La que peor parada sale, y con diferencia, es España. La fuga desproporcionada de cerebros no es más que un sinónimo de fracaso y de pérdidas de dinero, ya que el personal formado no genera industria y el capital invertido pasa a ser aprovechado por entidades ajenas que, sin inversión previa se aprovechan de la enseñanza de calidad subvencionada, en gran parte, por el Gobierno español.

A grandes rasgos, ¿ha sufrido algún problema laboral por la equivalencia de los títulos de ingeniería en España en el extranjero? ¿Conoce algún caso?

En mi caso aún no he tenido la oportunidad de dejar la patria madre y salir a conquistar el mercado laboral extranjero, por lo que mi respuesta a la primera pregunta es no lo sé. Con respecto a la segunda pregunta, no conozco a día de hoy ningún caso de ingeniero español que haya tenido problemas de convalidación de títulos, no obstante no descarto que exista dicho hándicap.